sábado, 15 de septiembre de 2007

El lado amargo del azúcar en el TLC

Escrito por: Warren Crowther / Carlos León

La cuota extra obtenida pone al azúcar, aparentemente, sitúa los azucareros como uno de los sectores más beneficiados en el TLC. El problema es que los sectores aparentemente más beneficiados, fácilmente pueden convertirse en los más perjudicados. Antes de cantar victoria, los señores de LAICA y el articulista, requieren conocer más sobre el funcionamiento de la política comercial de los EE.UU.

El COMEX ha deliberadamente escondido a los dirigentes de LAICA, y al país, el porqué este TLC, y casi todos los tratados en los EE.UU. han pasado por 2 o 3 votos en la Casa de Representante, al igual que muchas leyes anuales de Comercio. Esto no es casual. El Congreso norteamericano en realidad no quiere votar con el Presidente. El Presidente de los EEUU (Clinton con NAFTA; Bush con CAFTA) tiene que torcer el brazo de miembros de su mismo partido para conseguir esos votos. Para conseguir el margen que necesita, promete aplicar los mecanismos de que dispone, (Por lo menos 7) para anular cualquier artículo del TLC que un distrito de su país encuentre ofensivo. Así ya lo hizo el presidente Bush al suprimir la cuota que debía tener Canadá en NAFTA para exportar de madera suave a los EE.UU.

Llama la atención que los representantes que entrevistó el Presidente Bush antes de la votación del TLC-EUCARD (CAFTA), fueron principalmente de los distritos azucareros y textileros. La mentira más grande (y su argumento más enfático) de los proponentes de ratificación de este TLC es que dará más seguridad jurídica a los exportadores y comunidades del país. Por el contrario, el TLC es más débil que la Iniciativa de la Cuenca del Caribe (ICC), porque una modificación de los términos de la ICC tiene que pasar por el Congreso de los EE.UU. En los TLC es suficiente hasta un dictamen de un Ministro (Secretary of Treasury) de los EE.UU. para anular la aplicación de un artículo de un TLC.

Antes de estimular mayor producción de caña en Costa Rica, esperando la aplicación de la cuota en el TLC, los EE.UU. debe renunciar el uso de los mecanismos que tiene para anularla. Además, Costa Rica no debe tener tantos inconvenientes derivados de este TLC, para que los EE.UU. lleguen a respetar esta cuota. En buena teoría económica neoliberal, y es bueno recordarlo, las cuotas y tarifas son consideradas distorsiones del mercado, precisamente contrario a las reglas del libre comercio.

Existe otro riesgo para las cooperativas y asociaciones de productores. Conceptos como "expropiación indirecta" y "trato igual", que favorecen al inversionista extranjero, hacen que el país no pueda proteger o proporcionar ningún apoyo o trato favorable a las cooperativas u organizaciones de productores nacionales, sin que una empresa extranjera pueda pegar el gritar al cielo y llevar un reclamo al arbitraje internacional, totalmente afuera del sistema jurídico del país. Estas nuevas ventajas al inversionista internacional pueden llegar a afectar la competitividad de las organizaciones locales.

Este riesgo ya no es teórico. Luego que el Gobierno de Guatemala ratificara el TLC, una empresa estadounidense (RDC), que llevaba con este gobierno un conflicto de características bastante comunes en la rama ferroviaria (Entre gobierno y concesionarios) aprovechó la oportunidad (que le da el TLC) para llevar unilateralmente el conflicto al arbitraje internacional y lo ha hecho con una demanda de US$65 millones. Explícitamente la empresa utiliza los conceptos de "expropiación indirecta" y “trato igual” para fundamentar, obviar y desbaratar al sistema jurídico de Guatemala.

Afortunadamente, LAICA no ha olvidado otras opciones y debe ser reconocida por sus importantes iniciativas de como hacer que Costa Rica se apropie de más valor agregado en la cadena de valor, haciendo transformaciones y derivaciones del azúcar en lugar de enviar la materia prima a otros países. Sabemos que al productor cañero y al país le queda apenas una fracción del precio final del azúcar y mucho menos de sus derivados. En lugar de depender de la importación de los EE.UU. de azúcar nacional , y un comportamiento caprichoso de los EE.UU. en el manejo de cuotas y otras facetas de los TLC, se debe explorar como mejorar para el país la cadena de valor, implementar más programas de diversificación productiva y propiciar la diversificación de mercados. Esto si podría darle más seguridad a la comunidad cañera y recordar el sabio adagio de “no poner todos los huevos en el mismo canasto”.

Foto: Internet

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